jueves, 9 de febrero de 2017

CÍRCULO DE SILENCIO DEL MES DE FEBRERO

Ayer, como otros miércoles, comenzamos nuestro CÍRCULO DE SILENCIO trayendo situaciones que en este momento GRITAN JUSTICIA.

La muerte de Samuel, el niño migrante cuyo cadáver fue hallado el viernes 27 de enero en la playa de Zahora (Barbate), nos ha conmocionado a  todos.
        
En lo que va de año, en tan solo un mes, 3.871 personas han llegado a Europa desde África, Asia u Oriente Medio buscando una vida mejor. Casi el 100% han llegado por mar y 246 se han ahogado en el viaje. Además, en todo 2016, más de 5.000 personas murieron en el Mediterráneo, y se estima que un tercio de los migrantes y refugiados son menores de edad. Son millares los que han muerto en el mar por buscar una vida mejor. Detrás de cada número de fallecidos o desaparecidos hay una persona, una familia, un pueblo, una nación; pero también una hambruna, una guerra, una persecución, una extorsión, una injusticia, una pobreza.
          
Es una vergüenza una inmigración trágica que acaba matando a millares de personas adultas, a jóvenes y niños, para la que no se buscan soluciones eficaces suficientes, ni en sus países de origen, ni en los de tránsito, ni en los de su llegada. La muerte de este niño, además, pone en relieve cómo los niños son los más vulnerables en el drama de las migraciones y están expuestos aún a mayores riesgos.

La única forma de evitar las muertes en el Mediterráneo es estableciendo rutas seguras y legales. España tiene una gran responsabilidad ya que la frontera sur es la puerta de entrada de muchos migrantes y refugiados y debe hacer todo lo posible para protegerles y darles una acogida digna.
              
La bienvenida que se hace en Europa a la infancia refugiada no está a la altura de la situación actual. En 2016, siete  de cada 10 niños solicitantes de asilo en Europa huía de los conflictos de Siria, Afganistan e Iraq. En Febrero de 2016, la Oficina de EUROPOL denunciaba que 10.000 NIÑOS migrantes y refugiados, no acompañados, se encontraban en paradero desconocido. Actualmente hay niños y niñas en Grecia y Turquía atrapados en ninguna parte, cuya familia se encuentra ya en la Unión Europea.

A pesar de que 3.754 niños y niñas solicitaron asilo en España en 2015, el sistema de asilo no está adaptado a las necesidades de las familias y de los menores que viajan solos.  La infancia queda desprotegida y es ignorada en los acuerdos y en las políticas que se están estableciendo. España está anteponiendo la condición de migrantes a la de menores de edad y existen contradicciones entre las leyes y las prácticas dirigidas a controlar los flujos migratorios y las que tienen que fin proteger a los niños. En este sentido, el Gobierno debería garantizar entradas seguras, sin obligar a nadie a hacer un viaje peligroso y lleno de obstáculos. Además, el Gobierno español debe liderar e impulsar un cambio de políticas europeas para dar respuesta a esta crisis de refugiados, velando por los derechos de los niños de forma prioritaria. Por un lado, debe apoyar y promover políticas orientadas a garantizar que los refugiados reciban protección en la Unión Europea, de acuerdo con el derecho internacional. Y por otro, debe garantizar que la ayuda oficial al desarrollo no está condicionada a las políticas migratorias de los países de origen.

También pedimos a LA UNIÓN EUROPEA QUE CUMPLA EL DEBER DE SOCORRO. 430 entidades denuncian la pasividad de la Unión Europea ante la emergencia humanitaria en Grecia y los Balcanes Más de 75.000 migrantes y refugiados llevan meses varados en Grecia, la antigua República yugoslava de Macedonia, Serbia, Eslovenia, Croacia, Hungría y Bulgaria, muchos de ellos a la espera de su reubicación a otros países de Europa. El sufrimiento de estas personas se ha agravado con la llegada del invierno, uno de los más fríos en los últimos años. Las temperaturas bajo cero por la ola de frío polar que azota Europa estas semanas, unido a las pésimas condiciones en que viven muchas de estas personas ha provocado numerosos problemas de salud, congelación de miembros o incluso, riesgo de muerte. A pesar de los esfuerzos llevados a cabo, el hecho es que la preparación de todos los campamentos para el invierno no se ha completado y muchos refugiados continúan viviendo en tiendas. "Se trata de salvar vidas, no de papeleos y de cumplir las disposiciones burocráticas", ha advertido el Alto Comisionado para los Refugiados (ACNUR). Médicos Sin Fronteras ha denunciado el pasado jueves que se han registrado ya casos de congelación de miembros entre los alrededor de 2.000 migrantes y refugiados que se encuentran atrapados en Belgrado, donde en los últimos días se han registrado temperaturas bajo cero.

Hoy, con nuestro silencio, queremos expresar nuestra solidaridad, nuestra denuncia y exigir a los Gobiernos de España y de Europa que velen por los derechos DE TODOS LOS REFUGIADOS E INMIGRANTES en especial por los de los niños y  que se garanticen  entradas seguras, sin obligar a nadie a hacer un viaje peligroso y lleno de obstáculos. Especialmente, tenemos presente a  SAMUEL el niño que apareció muerto en la costa de Barbate.
              

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